Thursday, July 5, 2007

4 de julio

Leí en la prensa local un artículo en el que se exponían se manera resumida los resultados de un sondeo aplicado en las universidades de la ciudad de Los Ángeles a propósito del significado del 4 de Julio en la vida de los estadounidenses. Si bien la mayoría dijo tener la noción básica de que se festeja un aniversario más de la independencia de Estados Unidos, cuando se les preguntaron detalles más específicos respecto a los personajes que intervinieron en la lucha, así como la diferencia entre la Declaración de Independencia y la Constitución, los resultados dejaron mucho que desear. El articulista se cuestionaba que si esto era con el sector de la población que tenía acceso a una mejor preparación académica, qué se podía esperar de aquellos que no tenían esta oportunidad.

El resultado no me sorprende y tampoco me parece que sea privativo de este país. Guardando todas las proporciones, considero que los mismos resultados se pueden encontrar en México y probablemente en muchos otros países. Lo anterior es hasta cierto punto natural, pues aun con una revisión minuciosa de la historia, las nuevas generaciones no contamos con el referente empírico de la opresión ni vemos amenazada la independencia de nuestros países por otras potencias, al menos no en términos territoriales; así pues, a medida que pasan los años el sentimiento nacionalista parece irse diluyendo entre los jóvenes.

Estados Unidos, potencia hegemónica del siglo XXI, no ve amenazada su independencia en la concepción clásica del término, y por esa razón su población no tiene una percepción tradicional de lo que quiere decir ser independiente, y si a esto le añadimos esa postura en un tanto miope de no voltear a ver lo que hay fuera de sus fronteras, aunado a su visión mesiánica del mundo la percepción se altera aún mas.

Para los estadounidenses más conservadores hoy se festeja la independencia de su país, pero también el surgimiento de una nación que está llamada a ser la luz que guíe a las demás, la “ciudad sobre la colina” que sirve, según ellos, de ejemplo e inspiración para todos los pueblos del mundo.

En ese sentido, la independencia de Estados Unidos no se ve amenazada, pero sí su misión redentora del mundo y con ella su supremacía (o al revés, según se quiera ver). El surgimiento de otras potencias que comienzan a disputarle el liderazgo económico del planeta es el primer indicio de que este país tendrá que aprender a compartir el lugar de privilegio que ha gozado hasta el momento.

Por otra parte, la aparición de grupos extremistas islámicos que desafían a la súper potencia, si bien afectan y amenazan los intereses de Estados Unidos particularmente en Oriente Medio, no ponen en entre dicho su independencia per se, sino que buscan reivindicar los derechos que consideran vulnerados, y los más radicales además de justicia quieren venganza.

Los nacionalismos se diluyen en un planeta cada vez más interdependiente y los movimientos de independencia que surgieron como resultado de la evolución política de las colonias, empiezan a figurar en los libros de historia como inmemoriales gestas heroicas de ilustres personajes que enriquecen el anecdotario nacional, pero que no tienen un impacto directo en la vida de los ciudadanos.

Hoy la gente se levanta tarde, hace parrilladas y por la tarde busca un buen lugar para presenciar el espectáculo de juegos pirotécnicos, sin que esto signifique nada en particular. En un día en el que se busca recordar los orígenes de los países, sería interesante complementar la reflexión (donde la haya) haciendo un ejercicio de prospectiva y preguntarse hacia dónde se encaminan ahora, particularmente en este país que lleva un ritmo de vida tan vertiginoso en el que los procesos de transformación por los que atraviesa pasan muchas veces desapercibidos.

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