Thursday, August 23, 2007

Amor y disposición


Octavio Paz en su ensayo La llama doble afirma que como sentimiento el amor es universal, pero como idea obedece a los influjos de cada época. En un esfuerzo por definir el término, Paz lo sintetiza asi: “misteriosa inclinación pasional hacia una sola persona, es decir, transformación del 'objeto erótico' en un sujeto libre y único”. Paz añade: “La idea del encuentro exige, a su vez, dos condiciones contradictorias: la atracción que experimentan los amantes es involuntaria, nace de un magnetismo secreto y todopoderoso; al mismo tiempo, es una elección. Predestinación y elección […]”. Definición simple ésta, como el mismo autor lo acepta, que no dice mucho, al menos no para mí.

Aunque no puedo definir con la precisión que yo quisiera el sentimiento, me atrevo a aseverar que existe porque presumo haberlo experimentado. Diría que el amor es un estado de plenitud generado por la complementariedad que se da entre dos personas.

Me parece que la dificultad para definir el amor obedece a la facilidad con la que este sentimiento se ve contaminado por otros. Quién dice que el dolor que se experimenta al término de una relación es provocado por el amor y no por el orgullo, por ejemplo; ya ni qué decir del manoseo mercadológico que se ha hecho del amor. Ahora que lo pienso, todas estas canciones que nos “hablan” del amor son, en gran medida, una respuesta a nuestros miedos, obsesiones, frustraciones, pero sobre todo a nuestro ego.

Se me ocurre que el amor es como uno de esos elementos químicos que no se encuentran en la naturaleza en su estado puro, es decir, necesita de otros elementos para ‘manifestarse’ o, en todo caso para subsistir. No puedo entender al amor, no lo concibo como tal si no es por una voluntad incondicional a realizar el sacrificio último por la otra persona, por una capacidad de comprensión que raye en lo irracional, y por una disposición inquebrantable de perdonar los yerros del otro.

Sin embargo, no son el sacrificio, ni la comprensión ni el perdón ese elemento que le da forma y cohesión al amor (en todo caso son características definitorias), sino la disposición a realizar esas tres cosas. En suma, como algún día me lo dijo un buen amigo, la disposición resulta más importante que el amor. Yo diría que la disposición es el ‘elemento transportador’ del amor, lo que lo hace posible, tangible, la amalgama, el pegamento; no alcanzo a entender si la disposición se acaba cuando el amor termina o viceversa, pero sí estoy convencido que sin disposición no hay amor que perdure.

Retomando la cita de Paz, el amor es ese “magnetismo secreto”; la disposición por su parte, es la elección individual de estar y ser con alguien más. Así como procuramos ‘cultivar’ el amor, deberíamos ser cuidadosos de alentar y estimular la disposición en la otra persona, al mismo tiempo que evaluamos la nuestra. Aunque puede sonar raro, tan importante es decir ‘te amo’, como decir ‘estoy dispuesto’.

Tuesday, August 14, 2007

Mantenerlo simple

Definitivamente tengo que hacerme a la idea de que no puedo agotar tema alguno en un blog, en realidad ningún tema puede ser agotado del todo, ni siquiera en una enciclopedia; ¿entonces por qué pretendo descubrir el hilo negro en unos cuantos párrafos? Si continuo así no podré participar en este ejercicio con la frecuencia que quisiera.

Hace algunos días comencé a escribir algunas ideas sobre la actitud frente a la vida, o algo así, el caso es que decidí no publicarlo porque no lo consideré terminado; al día siguiente, escribí algunos párrafos que según yo complementaban el texto original, sin embargo, al final, las ideas resultaron ser contradictorias, como si hubiesen sido escritas por dos personas diferentes.

Insisto en que no es mi intención descubrir el agua tibia, pero cómo puedo ‘subir’ algo que resulta incongruente incluso para mi. La solución es, supongo, mantenerlo simple: escribir algunas líneas con una coherencia elemental; como si ser coherente fuera fácil.
Nadie dijo que ser simple fuera sencillo, en realidad a mi me resulta una idea por demás ambiciosa. Aunque simple y coherente no son lo mismo, ni siquiera son caracteristicas necesariamente complementarias, ¿o sí?

¿Lo ven? Después de tres párrafos surgen las contradicciones. Entonces, la solución no es ser simple sino breve. Podría ser…