Hace 4 años me hablaron por primera vez de los blogs, en ese entonces, ante el desconocimiento del tema, me pareció disparatada la posibilidad de escribir ideas personales, aunque no necesariamente privadas, en una tribuna pública de esta naturaleza; hoy he decidido comenzar a hacerlo por tres razones principales:
La primera obedece a un cambio de percepción en cuanto a las virtudes que un ejercicio como este ofrece, ya que, además de dejar constancia de una serie de ideas sueltas, su estructura resulta ideal para hacerlo de manera cronológica, convirtiéndose en más de un sentido en un mecanismo de introspección. Aunado a esto, la idea de participar en este esquema de interacción se ha convertido en algo sumamente atractivo y, de forma misteriosa para mí, en una necesidad que hoy me resulta difícil precisar.
La segunda se refiere a una aspiración personal de establecer un dialogo con aquellos hipotéticos lectores a quienes les pudiera resultar interesante comentar las ideas que en su momento iré ‘publicando’.
Y, finalmente, muy relacionada con la primera, la razón que me parece más ambiciosa es la de aprovechar este recursos para establecer un mecanismo, que me permita atestiguar la evolución o involución de mis ideas a través del tiempo, o en todo caso simplemente compararlas, sin juicios.
Estos párrafos que han resultado en una mezcla de prólogo y advertencia para el lector, no son más que un recordatorio para que con el paso del tiempo no se olviden las inquietudes que propiciaron mi decisión de crear un blog.
Lo que resulte de aquí en adelante es difícil de prever pues he decidido no encasillarme en un tema en particular, quienes me conocen saben de antemano cuáles son los asuntos que me interesan y seguramente no les extrañará que sean éstos los más recurrentes. Sin embargo, me gustaría pensar que no soy tan predecible, y que en algún momento me puedo sorprender, junto con el lector, leyendo algún párrafo que se sale del esquema del ‘Heenry básico’.
Una vez dicho lo anterior, comencemos…
La primera obedece a un cambio de percepción en cuanto a las virtudes que un ejercicio como este ofrece, ya que, además de dejar constancia de una serie de ideas sueltas, su estructura resulta ideal para hacerlo de manera cronológica, convirtiéndose en más de un sentido en un mecanismo de introspección. Aunado a esto, la idea de participar en este esquema de interacción se ha convertido en algo sumamente atractivo y, de forma misteriosa para mí, en una necesidad que hoy me resulta difícil precisar.
La segunda se refiere a una aspiración personal de establecer un dialogo con aquellos hipotéticos lectores a quienes les pudiera resultar interesante comentar las ideas que en su momento iré ‘publicando’.
Y, finalmente, muy relacionada con la primera, la razón que me parece más ambiciosa es la de aprovechar este recursos para establecer un mecanismo, que me permita atestiguar la evolución o involución de mis ideas a través del tiempo, o en todo caso simplemente compararlas, sin juicios.
Estos párrafos que han resultado en una mezcla de prólogo y advertencia para el lector, no son más que un recordatorio para que con el paso del tiempo no se olviden las inquietudes que propiciaron mi decisión de crear un blog.
Lo que resulte de aquí en adelante es difícil de prever pues he decidido no encasillarme en un tema en particular, quienes me conocen saben de antemano cuáles son los asuntos que me interesan y seguramente no les extrañará que sean éstos los más recurrentes. Sin embargo, me gustaría pensar que no soy tan predecible, y que en algún momento me puedo sorprender, junto con el lector, leyendo algún párrafo que se sale del esquema del ‘Heenry básico’.
Una vez dicho lo anterior, comencemos…
