Será que conforme pasan los años recobramos la capacidad de recrearnos en las cosas simples, como diría mi queridísimo Jaime Sabines? En una época con tantas comodidades, entretenimientos y distractores, me sorprende mucho lo placentero que encuentro el caminar descalzo por mi departamento el día de la semana que toca hacer el aseo. Es una sensación de pertenencia y de posesión hacia el lugar, pero sobre todo, disfruto sentir el piso frío y limpio bajo mis pies.
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1 comment:
Que grandioso saber que aún te permites disfrutar de esos “simples o pequeños” placeres que resultan ser los más extraordinarios y los que tristemente la humanidad un día decidió ignorar u olvidar entre la inmediatez que genera la rutina diaria de la vida. Y debo confesar que hoy gocé del placer que me otorgó la bienvenida a tu blog, la que ofrece Van Gogh mediante su maravillosa “Noche estrellada”.
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