Regla No. 1:
Nadie, absolutamente nadie, puede dar lecciones de vida salvo la vida misma.
No intentes convertirte en aleccionador, porque sin duda resultarás aleccionado de una manera mucho más severa; la soberbía puede ser una de las lecciones más duras que la vida te puede dar.
Regla No. 2:
Todo en la vida tiene un precio (ojo, estoy diciendo precio, no valor).
Ten cuidado con lo que quieres, determina su precio y decide si estás dispuesto a pagarlo. Procura no involucrarte en una empresa que no te guste o no desees, pues sin importar el costo, el resultado te parecerá absurdamente caro.
Nadie, absolutamente nadie, puede dar lecciones de vida salvo la vida misma.
No intentes convertirte en aleccionador, porque sin duda resultarás aleccionado de una manera mucho más severa; la soberbía puede ser una de las lecciones más duras que la vida te puede dar.
Regla No. 2:
Todo en la vida tiene un precio (ojo, estoy diciendo precio, no valor).
Ten cuidado con lo que quieres, determina su precio y decide si estás dispuesto a pagarlo. Procura no involucrarte en una empresa que no te guste o no desees, pues sin importar el costo, el resultado te parecerá absurdamente caro.
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