Regla No. 3
Los errores, al igual que los deseos, tienen un precio. Procura pagar el precio con una actitud positiva, eso lo hará menos doloroso y te permitirá aprender de tus yerros.
Regla No. 4
Práctica, mejora e incrementa tu capacidad de perdonar, no sólo a los demás, sino particularmente a ti mismo. Equivocarse es parte intrínsica de la naturaleza humana, y permíteme desengañarte, te seguirás equivocando con cierta frecuencia mientras vivas.
La persona más inteligente no es la que nunca se equivoca, sino aquella que sabe calcular los riesgos para tomar decisiones oportunas, y que, en caso de equivocarse, sigue adelante afinando sus habilidades de cálculo.
Regla No. 5
El orgullo es como el colesterol, hay orgullo "bueno" y orgullo "malo".
El orgullo "bueno" es el combustible que te mueve en busca de una constante superación y es el escudo que protege tu dignidad y los derechos irrenunciables como ser humano.
El orgullo "malo", insisto, como el colesterol, te tapa las arterias y te petrifica por dentro, inmovilizándote emocionalmente. Este tipo de orgullo no te protege, te aísla, te segrega, te nubla el raciocinio y la capacidad de tomar decisiones. En niveles elevados se puede convertir en una enfermedad larga y dolorosa que, sin matarte, vives un poco como si estuvieras muerto.
Regla No. 6
Comprométete con algo sin fanatizarte. Con una causa ambientalista, una ideología política, un club deportivo, un círculo de lectura, una religión, etc. En los momentos de crisis esto te puede servir como un punto de referencia del cual sujetarte en lo que pasa la tempestad.
Regla No. 7
Sin mucho rollo: vive y disfruta el presente.
Crea un archivo ordenado y limpio de tu pasado para las consultas necesarias.
Proyecta las líneas del futuro que se gustaría recorrer y regálate unos minutos para soñar, estableciendo una proporción de 1 minuto de sueños : 1000 minutos de trabajo por ese sueño.
Regla No. 8
Aprende a decir "NO". Es saludable y te permitirá vivir con menos amarguras.
Los errores, al igual que los deseos, tienen un precio. Procura pagar el precio con una actitud positiva, eso lo hará menos doloroso y te permitirá aprender de tus yerros.
Regla No. 4
Práctica, mejora e incrementa tu capacidad de perdonar, no sólo a los demás, sino particularmente a ti mismo. Equivocarse es parte intrínsica de la naturaleza humana, y permíteme desengañarte, te seguirás equivocando con cierta frecuencia mientras vivas.
La persona más inteligente no es la que nunca se equivoca, sino aquella que sabe calcular los riesgos para tomar decisiones oportunas, y que, en caso de equivocarse, sigue adelante afinando sus habilidades de cálculo.
Regla No. 5
El orgullo es como el colesterol, hay orgullo "bueno" y orgullo "malo".
El orgullo "bueno" es el combustible que te mueve en busca de una constante superación y es el escudo que protege tu dignidad y los derechos irrenunciables como ser humano.
El orgullo "malo", insisto, como el colesterol, te tapa las arterias y te petrifica por dentro, inmovilizándote emocionalmente. Este tipo de orgullo no te protege, te aísla, te segrega, te nubla el raciocinio y la capacidad de tomar decisiones. En niveles elevados se puede convertir en una enfermedad larga y dolorosa que, sin matarte, vives un poco como si estuvieras muerto.
Regla No. 6
Comprométete con algo sin fanatizarte. Con una causa ambientalista, una ideología política, un club deportivo, un círculo de lectura, una religión, etc. En los momentos de crisis esto te puede servir como un punto de referencia del cual sujetarte en lo que pasa la tempestad.
Regla No. 7
Sin mucho rollo: vive y disfruta el presente.
Crea un archivo ordenado y limpio de tu pasado para las consultas necesarias.
Proyecta las líneas del futuro que se gustaría recorrer y regálate unos minutos para soñar, estableciendo una proporción de 1 minuto de sueños : 1000 minutos de trabajo por ese sueño.
Regla No. 8
Aprende a decir "NO". Es saludable y te permitirá vivir con menos amarguras.